El Cine Es Arte

miércoles, 16 de junio de 2010

UN ESTUDIANTE HABLA!

ESTO SON PALABRAS QUE SE CORREN VÍA CORREO ELECTRÓNICO, PALABRAS Y PENSAMIENTOS QUE SE DEBEN SABER TOD@S


POR JACOB NORIEGA....

Antes que nada, un saludo a todo el equipo de estudiantes, profesores y profesionales del cine que forman parte de este proyecto para la conformación de una facultad de Cine en Caracas. Mi nombre es Jacob Noriega, y he sido estudiante en ESCINETV durante los últimos dos años y medio aproximadamente; actualmente me encuentro en proceso de realización de mi cortometraje de tesis. He estado siguiendo este proceso desde la primera convocatoria que hubo en el Centro Internacional Miranda, como resultado de la problemática que se presentó en ESCINETV y que desencadenó este movimiento. Problemática que afectó particularmente a mi promoción y a otras que, justo cuando nos encontramos en fase de tesis, se disuelve la institución donde estábamos culminando nuestra carrera. Institución en la que como muchas otras instituciones del país -y no me refiero sólo al área del cine- se trabajaba con las uñas, porque a pesar de tener alrededor de 25 años de fundada y de contar con uno de los pensums más integrales en estudios cinematográficos en el país -razón por la cual la elegí- y un excelente equipo docente, aún padecía de muchas deficiencias. Deficiencias que lamentablemente no llegaron a solucionarse pues sobrevino el colapso definitivo de lo único que teníamos.

Aunque ya me encontraba culminando mis estudios en ESCINETV, me parece primordial que exista la opción de poder continuarlos a nivel universitario y de que exista finalmente una alternativa para tantos jóvenes estudiantes que desean hacer cine en Venezuela y sencillamente no contamos con un ente educativo que nos permita acceder a esa opción . Lo sé porque ese fue mi caso durante mucho tiempo. Antes de estudiar cine estudié Computación en la UCV, y antes de eso mi camino era el sacerdocio. ¿Cómo alguien cuya vocación inicial era ser cura termina en cineasta, pasando además por el área científica? Búsqueda. Inquietud. Vida. Descontento. Empeño. Y un poco más.
Aunque el mundo de la computación me resultó siempre interesante, llegué allí meramente por 'cosas de la vida'. No tenía ya el sacerdocio como opción y tenía que ganarme la vida de alguna manera. Pero no había tenido hasta entonces otra vocación aparte del sacerdocio. Así que simplemente presenté una prueba interna para lo único que me llamaba la atención y tenía campo de trabajo, y quedé, así de simple. Pero tenía una necesidad que sólo encontraba satisfacción en el arte. Había empezado desde muy jóven a escribir, y fue la escritura lo que me llevó luego al cine, mucho antes de siquiera saber de la existencia de ESCINETV. Durante mucho tiempo estuve estudiando una carrera que, por más interesante que me resultara, no era a lo que quería dedicar mi vida, no me llenaba. Pero no existía al alcance de mis posibilidades una institución donde poder estudiar lo que quería, así que tocaba seguir caminando por el camino ya emprendido. La necesidad tiene cara de perro, y lamentablemente la necesidad de ganarse la vida se ha constituido en una razón de mayor peso que la vocación a la hora de cursar estudios superiores. Esto se presenta de manera singular en el caso de estudios artísticos, porque para mucha gente ser artista es básicamente ser nada más que un pelabolas loco. Y no es que el artista no sea un pelabolas, o un loco. Generalmente lo es y por eso muchas veces no cuenta uno con el apoyo para seguir este tipo de carrera. Pero el arte es mucho más que eso.

Cuando entré a la universidad a estudiar computación, decidí dar un cambio en mi vida. Un cambio que era ineludible de cualquier modo, pues ya el hecho de darle la espalda a la religión era en sí un cambio radical. Lo que me llevó a darle la espalda a la religión fue un lento despertar y desilusión ante lo que realmente es en nuestros tiempos, un cómodo salvavidas existencial al que nos aferramos pero de manera muy light, más por costumbre y porque 'hay que ser buena persona y para ello necesitas una religión' (MENTIRA), y que no es ni la sombra de lo que supuestamente representa. Una herramienta más de control social, que lejos de contribuir al mejoramiento espiritual del ser humano ha contribuido a su empobrecimiento espiritual e intelectual. Y sobretodo, un elemento que limita la relación del hombre con su cosmos, legislando y politizando el alma, interponiendo un mediador entre el hombre y la verdad. Reflexionaba sobre estas cosas y sobre la crisis que ya por décadas viene padeciendo la humanidad y trataba de hallar respuestas a estas preguntas que me era imposible ignorar, pero no la respuesta de una entidad externa, sino la de mi propia alma, mi propio corazón y mi propia mente. Darle uso a ese don de la vida del que tanto se habla pero que se encuentra completamente desechado por todos en este mundo en el que vivimos. Porque ¿de que nos sirve esta vida si vivimos bajo creencias y patrones que no han nacido de nosotros sino que nos han sido inculcados e impuestos por la sociedad? ¿De qué nos sirve entonces ser cada uno nosotros mismos si nuestra voz no es sino el eco de las voces de otros? ¿De que nos sirve tener un corazón propio si solamente amamos, deseamos y odiamos aquello que nos han enseñado a amar, odiar y desear, aquello que está pre-establecido? ¿PRE-ESTABLECIDO POR QUIÉN? ¿Para qué tenemos una conciencia si es sólo para experimentar y pensar las mismas cosas, ya sobreimpuestas de antemano en ese simulacro de realidad que llamamos 'día a día'? ¿Quién tiene la llave del libro de la verdad y ha leído en él cómo para decir qué es lo correcto o lo incorrecto en la vida de otro hombre? Definitivamente, yo no. Y si en algo creo todavía, luego de desilusionarme de dioses y hombres por igual y aún así seguir con la vida, es que ningún ser humano tiene palabra sobre la vida de otro, pues como dice Hermann Hesse en el prólogo a su novela 'Demian':


Los poetas, cuando escriben novelas, suelen hacer como si fuesen Dios mismo y pudieran abarcar con su mirada toda una historia humana, comprenderla y exponerla como si Dios mismo la relatase, sin velo ninguno, revelando en todo momento su más intima esencia. Yo no puedo hacerlo así, como tampoco los poetas. Pero mi historia me es más importante que a cualquier poeta la suya, pues es la mía propia y es la historia de un hombre - no un hombre inventado, posible o inexistente en cualquier forma, sino la de un hombre real, único y vivo. Hoy se sabe menos que nunca que es eso, lo que es un hombre realmente vivo y se lleva a morir bajo el fuego a millares de hombres, cada uno de los cuales es un ensayo único y precioso de la naturaleza. Si no fuéramos algo más que individuos aislados, si cada uno pudiese realmente ser borrado por completo del mundo, por una bala de fusil, no tendría ya sentido alguno relatar historias. Pero cada uno de los hombres no es tan solo él mismo; es también el punto único, particularísimo, importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del mundo, solo una vez de aquél modo y núnca más. Así, la historia de cada hombre es esencial, eterna y divina, y cada hombre, mientras vive en alguna parte cumple la voluntad de la naturaleza, es algo maravilloso, digno de toda atención. En cada uno de los hombres se ha hecho forma el espíritu, en cada uno padece la criatura, en cada uno de ellos es crucificado un redentor.

Muy pocos saben hoy lo que es el hombre. Muchos lo sienten, y, por sentirlo, mueren más aliviados, como yo moriré más aliviado cuando termine de escribir esta historia.

No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aun, pero no busco ya en las estrellas ni los libros: Comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a ensueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse a si mismos.

La vida de todo hombre es un camino hacia si mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo, pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga. Otro es hombre medio cuerpo arriba y el resto, de pez. Pero cada uno es un impulso de la naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: Las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno, tentativa o impulsivamente tiende a su propio fin. Podemos comprendernos unos a otros, pero solo a si mismo puede interpretarse cada uno...


Fue por ello que comencé mi búsqueda personal con un rechazo y cuestionamiento de todo lo previamente aprendido, la única manera en que un hombre se construye a sí mismo y consigue valores y criterios propios. Aún más, se deben someter a evaluación constante las propias ideas, pues por lo general, nuestro mayor engaño es aquello que nosotros mismos llamamos 'nuestra verdad', y nada más elocuente al respecto que la propia historia de la humanidad. ¡Cuántas veces aquél que dice la verdad ha sido acusado de mentiroso, y cuántas veces ha sido defendida la mentira creyéndosela la total verdad!

Sin embargo, ese cuestionamiento y esa búsqueda me llevaron de una posición y situación en la sociedad a otra completamente distinta, casi mutualmente antitéticas, y a ganarme una percepción negativa (y prejuiciada) por parte de las personas con las que entraba en contacto. De mí se llegó a decir cualquier cosa, incluso se me realizó un seguimiento por distribución de estupefacientes en la UCV, cuando en realidad ni siquiera había fumado un cigarrillo para aquél punto de mi vida, y había sido abstemio hasta hacía no mucho. Yo no era un dealer ni estaba buscándole problemas a nadie. Simplemente se trataba de un tipo extraño tratándo de hallar significado en su vida, de entenderse a sí mismo, de entender qué coño nos pasa a los humanos y qué podemos hacer para salir de la tremenda ignorancia, sinsentido e idiocracia en que nos encontramos. Pero para muchos era visto como 'un malísimo ejemplo' de persona, una influencia dañina y peligrosa. Entendí entonces, y he seguido confirmándolo por experiencias hasta el día de hoy, de que esto se debe en gran parte a que estamos llenos de prejuicios que tomamos creyendo que estamos defendiendo un bien, cuando lo que estamos haciendo es precisamente creando problemas y división en el ser humano.

Hoy más que nunca, el entendimiento hace mucha falta porque está dejando de existir. Nos roban el entendimiento, nos matan el entendimiento, nos secuestran el entendimiento. Terminamos por abandonar al entendimiento. El entendimiento de nosotros mismos y de la realidad en que existimos y también el entendimiento entre los hombres, el entendimiento del otro, de aquél que no es como nosotros. ¿Cómo lograr tal empresa? ¿Cómo comprender al otro sin haber vivido su vida? Comunicándonos. Pero ¿cómo comunicar algo tan incomunicable como la propia experiencia? Creo que el arte es el único lenguaje del que dispone el hombre para aunque sea aproximarse a tal fin. El único lenguaje en que no existe mediador entre el hombre y el infinito.

A esto llegué cuando me fui involucrando cada vez más con el arte, dándoles forma a estas experiencias y buscando respuestas a estas y muchas otras interrogantes, inicialmente bajo forma literaria. Empecé a volcar todo esto en un libro (y en ensayos, poemas, canciones, cuentos, aforismos...) y de allí nació en mí la idea y el deseo de convertir esa historia en una película. En una película porque es para mí el arte que más se asemeja a la creación de la realidad del hombre. ¿Que es cada instante de nuestras vidas sino cuadros por segundo proyectándose en nuestras retinas, observados por nuestro cerebro, sentado en su blanca butaca? ¿Qué es nuestra vida sino una historia que nos contamos, con los personajes que nos encontramos desde que somos paridos hasta... hasta que llegamos a las letricas de 'FIN' y ruedan créditos, hasta que se acaba el rollo? ¿Y que es hacer cine sino crear un universo con una realidad propia? Yo no soñaba siquiera aún con llegar a estudiar cine, pero asumí como un hecho que realizaría esta película. ¿Cómo? No sabía, ni me importaba averiguarlo, ya se vería, de algún modo llegaría.Y es que esto era desde ya algo tan vital de hacer en la vida para mí que yo simplemente dí por sabido que esa película iba a hacerla. ¿Cómo lo sabía? Porque ya la estaba escribiendo. Mucho antes de tener algún lugar donde siquiera empezar a estudiar la carrera, incluso antes de pensar en el cine como carrera, porque mi primer interés fue como ya mencioné antes, la escritura. Era simplemente una meta a alcanzar, sin opción al fracaso, una cuestión de fe. Porque tenía una necesidad vital de ello.

Esa necesidad vital es la que debe tener un artista por el arte. El artista debe ser una persona capaz de crear, de adentrarse más allá de lo habitual, para expandir la visión del hombre. Ese es el cine que tenemos que perseguir. Esa es la facultad que debemos construir. Cada hombre por ser único e irrepetible se halla separado del resto de sus semejantes, como una isla. El arte es tal, cuando crea puentes, caminos, y el hombre pueda encontrarse con toda la humanidad cuando se halla en presencia del arte. El artista debe estar despierto donde otros sueñan, y soñar donde otros padecen de insomnio.

Un cineasta, cómo todo artista, es un explorador, un arqueólogo, un astronauta. Es aliado del saber y de lo nuevo. Es un agente de cambio. No un loro que repite hasta el cansancio lo que ya es conocido hasta que nos vuelve autómatas, sino un reloj despertador que suena en medio de la noche y no se calla hasta que todos los vecinos salgan de sus camas, en pijamas, despeinados, ojerosos. En este mundo donde el saber es mutilado, censurado, manipulado, y distorsionado para ser procesado en convenientes raciones por entidades religiosas, políticas, mediáticas y comerciales, el arte debe permanecer en pie en defensa del saber por encima de cualquier tendencia. Las ideologías ven en direcciones determinadas, pero el arte es visión en 360º grados, en infinitos grados.

No soy burgués. He vivido en la Av. San Martín desde que nací, y de vaina podía pagar la escuela de cine donde estudié hasta ahora, aún con la antigua cuota. Pero me preocupa ver lo que sucede cada vez que se plantea el tema 'el cine que queremos' y 'la facultad que queremos'. Incluso se ha llegado a decir "el cine es política" (cuando se trata de cosas totalmente distintas, igual como una mano no es un pie, ni tú eres tu brazo). También hay quién ha expresado que la facultad debería ser "comunista". En la escuela de cine y televisión de dónde vengo, nunca se habló de hacer un cine popular, comunista, ni tampoco de hacer un cine burgués. Pero los profesores se esforzaban por transmitirnos su conocimiento y proveernos de herramientas y capacidades para hacer un cine desde el saber, desde el conocimiento, y desde la conciencia; y cada estudiante se esforzaba por hacer el mejor cine que podía, y mejorar en cada nueva realización. En el cine tú puedes encontrar política, puedes encontrar ideología, pero también puedes encontrar cualquier cosa, como en el sombrero de un mago. Mozart se presentaba desde los 4 años en cortes y palacios; mientras que de Van Gogh se dice que en vida 'apenas vendió un cuadro a una pintora ignota, otro a un poeta tan desconocido como él y doce dibujos a su primo Anton Mauve, que era un reputado pintor instalado en La Haya'. Pero tanto el uno como el otro crearon. Y crearon ARTE, y quien escucha al primero o contempla las pinturas del otro puede encontrar allí algo que ni él mismo entiende desde su razón, sino desde su esencia, un contacto sagrado con lo misterioso. Eso es lo importante compañeros. No podemos dejar de hacer un cine elitista si nosotros mismos comenzamos por discriminar. No podemos seguir haciendo un cine que nace de un simulacro que todos nos hemos creído y que lleva siglos carcomiendo el alma del hombre. Nuestro lema es ÚNETE. Es un llamado a la unión, a permanecer unidos a pesar de lo que nos distingue. No permitamos que colores de piel, ropa o bandera hagan de este proyecto otro muro en lugar de un puente, porque debajo de nuestras banderas, de nuestras camisas y de nuestra piel, todos somos esqueletos. Detrás de nuestros ojos, todos sentimos y padecemos. El cine es la vista hecha voz (y la voz hecha ojos) y como señalé anteriormente, ningún hombre debe ser el ventrílocuo de otro y ningún hombre debe ser la marioneta de otro. Mi voz no es tú voz, pues mi vida no ha sido la tuya y cada cabeza es un mundo con su propia realidad, por eso el cine que buscamos no puede estar orientado hacia una voz en específico, sino en el deber de cada hombre de hallar su propia voz y el derecho de esta voz a ser escuchada. No regales tu voz, no la compres ni la vendas. Tu voz te identifica mejor que tu cédula de identidad, pues nadie te la dio, sino que nació contigo y morirá contigo. El arte no debe ofrecer respuestas, sino signos de interrogación. O como dice el dicho "no le des pescado, enséñalo a pescar".

La humanidad viene viviendo ya desde hace algún tiempo en un mundo obsoleto. Un mundo que finalmente está llegando a su fin, para dar paso a un nuevo mundo y comenzar una nueva era en la historia de la humanidad. La tierra tiembla, su campo magnético cambia, el Sol inicia un nuevo ciclo. Todos hablamos ya del Fin del Mundo por el fulano calendario maya; cada quién lo ve desde su propia interpretación, pero creo que la mayoría nos damos cuenta cuando lo decimos de que no deja de ser verdad de un modo u otro, de que todo se vino abajo, hasta el Salto Ángel, el salto de agua más alto del mundo, padeció las consecuencias de la sequía. Ya llegamos al punto en que ya esto no se aguanta más, se está cayendo a pedazos bajo su propio peso. Ya el planeta no aguanta, ni siquiera nosotros mismos nos aguantamos ya. Es importante replantearnos nuestra visión de las cosas, pues esa visión es la del mundo que se vino abajo, y necesitamos ahora la visión del mundo que vamos a construir, que tiene que ser por necesidad distinto, porque no se trata de cambiar la forma para seguir cometiendo los mismos errores de fondo. O despertamos, o nos destruimos ciegamente.

El cine es arte. El arte es ejercicio y celebración de la libertad, es un encuentro entre mortales y dioses. Estamos unidos por el cine, estamos unidos por el arte. Mantengámoslo siempre presente. Y con eso finalizo.

3 comentarios:

  1. NO entiendo como la gente con billete de Escinetv y que tanto han despotricado del gobierno de la noche a la mañana son los más revolucionarios, populares e incluyentes y ahora pretenden manipularlo todo, es verdad en Escinetv se pasaron de especuladores pero también es verdad que muchos de los que asisten hoy a las reuniones decían: "sentarse con algo del gobierno ni locos".ademas hablan malisimo del cine criollo de los nuevos y viejos cineastas, entonces cual es la hipocresia?

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  2. No todos los que participan de la iniciativa son estudiantes del escinetv. Yo no lo hago y tampoco es un requisito. El conflicto de escinetv es un detonante que propicia una situación histórica objetiva que debe ser capitalizada.

    Son evidentes las diferencias, superarlas es el gran reto.

    Los interesados deben sumarse

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  3. LA IDEA DE UNA FACULTAD DE CINE ES JUSTAMENTE ELEVAR EL NIVEL DEL CINE NACIONAL NO LO CREES LUCIA? DE TODAS MANERAS TE RECUERDO QUE A ESTAS ALTURAS HAY COMPA˜NEROS QUE PROVIENEN DE LAS EMPAS, DE COTRIN Y ALGUNOS DE OTROS SITIOS SIN CONTAR CON OS QUE TAMBIEN ACABAN DE SAIR DE BACHILLERATO DE LOS CUALES HAY UNOS CUANTOS

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